La dismorfofobia y la cirugía plástica y estética

Cirugía, Estética, Salud

¿Qué es la dismorfofobia?

La dismorfofobia o trastorno dismórfico corporal (TDC) es una patología mental por la cual la persona que la padece se ve así misma con un cuerpo o una parte del cuerpo deformada sin que se corresponda con la realidad que perciben las demás personas. Presentando una preocupación obsesiva por su aspecto e impidiendo una normal relación con la sociedad ya que rehúye en la medida de lo posible el contacto con otras personas para que no puedan ver ese o esos defectos que ha magnificado.

A parte del aislamiento, las personas que padecen dismorfofobia intentan por todos los medios corregir “sus defectos” de formas muchas veces irracionales, conduciendo en algunas ocasiones a actitudes suicidas.

Etimológicamente hablando la palabra dismorfofobia procede del griego “dysmorfia” que significa fealdad y de “fobia” que es temor.

¿Cuál es la etapa de la vida más propensa a la dismorfofobia?

La etapa de la vida en que más se presenta es en la adolescencia, momento en que se producen grandes cambios morfológicos acompañados de los problemas típicos de la edad como el acné, todo esto unido al bombardeo continuo, que en la actualidad hay, de “gente guapa” en los medios, que dan una importancia desproporcionada a la imagen y a que todavía no está desarrollada la capacidad de criterio para poder discernir lo que es verdaderamente importante, hace que la adolescencia sea el caldo de cultivo perfecto para esta patología.

No podemos destacar de forma estadística una parte del cuerpo por la cual los dismorfofóbicos sufran una mayor aversión ya que va desde la totalidad, pasando por las partes más visibles como las de la cara, pelo o manos hasta las menos visibles como los genitales.

La anorexia y la dismorfofobia

Podemos considerar la anorexia como un caso especial dentro de la dismorfofobia y no porque sea especial sino porque ha sido especial y exhaustivamente tratado en los últimos tiempos.

Anorexia es un término bastante reciente y es que es bastante reciente la magnitud del problema, esto es debido a que los cánones de belleza que imperaban en los años 50 y 60 del pasado siglo XX ejemplarizados en la explosiva Marilyn Monroe cambiaron con la irrupción de la minifalda y pasaron a imperar las piernas delgadas.

La anorexia nos sirve muy bien para entender que es lo que pasa con estas patologías que es como un juego de espejos deformantes, mientras la persona afectada por la anorexia se ve como reflejada en un espejo cóncavo el resto de las personas la ven sin esa deformidad.

Personajes famosos afectados por la dismorfofobia

Existen múltiples casos que conocemos de famosos obsesionados por su aspecto como el de Michael Jackson que les llevaron a tomar medidas incomprensibles para la mayoría de nosotros. Michael Jackson quiso ser blanco cuando era probablemente el negro más admirado y deseado de su tiempo, lo que implicaba una serie de cambios no solo en la pigmentación de su piel sino morfológicos que no eran alcanzables.

Otros personajes públicos han llevado su obsesión más allá de lo que sería razonable son Pamela Anderson y merece una especial mención en este apartado Jocelyn Wildestein, esta persona se hizo famosa por las múltiples cirugías que la transformaron de chica guapa a todo lo contrario. Recientemente ha saltado a los medios lo que podríamos denominar como “el extraño caso de Uma Thurman” con unas fotos de antes y después de una cirugía plástica que parece ser que no existió y que simplemente se trataba de maquillaje, pero que en entrevistas retomadas a raíz de estas fotos la actriz admitía la disconformidad con su aspecto desde jovencita.

dismorfofobia Jocelyn Windenstein

Fuente: dailymail.co.uk

 

Los cirujanos plásticos y estéticos frente a la dismorfofobia

Cuando una persona llega a una consulta de cirugía plástica o estética con la determinación de corregir un problema que le preocupa lo primero que tiene que hacer un buen cirujano es estudiar detenidamente el caso y escuchar al paciente para ver cuales son sus expectativas.

El buen cirujano plástico y estético tiene que tener mucho de psicólogo y empatizar con el paciente de forma que pueda trasmitirle lo más fielmente posible que se puede lograr con la cirugía y llegado el caso desaconsejarla. Esto no quiere decir que en la patología que nos ocupa no pueda ser la solución o parte ella la cirugía plástica y estética.
Una rinoplastia, una abdominoplastia o un aumento mamario puede en ocasiones llevar más felicidad a una persona que cualquier otra cosa pero siempre bajo la honradez y profesionalidad del cirujano.

 

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